Una de las mujeres que más ha marcado historia en Tepatitlán, Ana María Casillas Cruz (+), incluso una escuela lleva su nombre, fue reconocida esta mañana de 6 de septiembre de 2024, con la develación de un busto en su honor para recordarla, el primer busto de una mujer que se encuentra en la Plaza de Armas de Tepatitlán, develado por autoridades municipales, alumnos, autoridades escolares, ex-alumnos de ese instituto, invitados especiales entre otros asistentes.
Ana María Casillas Cruz, nacida en Tepatitlán el 16 de agosto de 1896 fue la quinta hija de su familia de siete hermanos, su padre José Ana Casillas fue Presidente Municipal de Tepatitlán en distintas ocasiones y murió en 1902 dejando varios huérfanos a sus hijos, por lo que su madre María Cruz Moreno, fue la encargada de realizar su educación, sin embargo tuvieron que huir en tiempos de la Revolución a Guadalajara; a su regreso fundó un asilo en Tepatitlán sobre la calle Morelos #168 (casi enfrente de la entrada del Viejo Colegio Chapultepec), donde inició con personas de edad avanzada llamado el «Asilo Providencia», sin embargo en Tepatitlán lo conocían como «el Asilo de la Señorita Anita».
Ella además se dedicó a dar doctrina católica en los poblados y rancherías a los niños dándose a la tarea de darles un hogar, atenciones y educación; posteriormente se incorporó a las hijas del Corazón de Jesús.
Con el tiempo vendió los bienes heredados por su familia para comprar lo que hoy es el terreno donde se ubica el Instituto Ana María Casillas, mismo que fue fundado el 6 de septiembre de 1959 logrando que las Religiosas de San Jerónimo Emiliani para continuar la obra.
Ana María Casillas enfermó de una pierna, al acudir a Guadalajara se la amputaron, murió el 14 de marzo de 1986, siendo su misa de exequias con grandes multitudes y siendo sepultada en el Cementerio Municipal de Tepatitlán.
Posterior a la lectura de la reseña de su vida, sus hechos y su legado fue develado su busto, ubicado en la zona noroeste de la Plaza de Armas del municipio, para finalizar con la interpretación de las piezas musicales «Las Alteñitas» (canción de Tepatitlán), Cuatro Milpas, La barca de Oro y Despierta Dulce Amor, por parte de la Banda Sinfónica de Tepatitlán del Maestro Rafael Huerta.