El Templo de San Tranquilino Ubiarco, que se encuentra en la zona de «La Alameda» de Tepatitlán fue testigo el día de ayer de una misa, convocada por el «Decanato de Tepatitlán» para pedir por las víctimas de la violencia, en el marco de la Jornada Nacional de Oración por víctimas y victimarios, encomendada por la Conferencia del Episcopado Mexicano y replicada en la Diócesis de San Juan de Los Lagos.
Representantes de cada Parroquia que comprende el Decanato de Tepatitlán (Parroquia de San Francisco de Asís, Parroquia de la Sagrada Familia, Parroquia del Espíritu Santo, Parroquia de la Santa Cruz, Parroquia de Nuestra Señora del Carmen, Parroquia Cristo Rey, Parroquia María Reina y Madre de Los Campesinos, Parroquia del Sagrado Corazón, Parroquia Divina Providencia y la Cuasi Parroquia Nuestra Señora de la Purificación y San José), participaron en la misa presida por Mons. Francisco Ramírez Navarro, Obispo Auxiliar Emérito de Tlalnepantla.
En esta celebración católica que conmemora la Asunción de María, se convocó para realizar esa jornada de oración, en la que en una canasta colocaron los nombres de algunas víctimas de la violencia desatada en los últimos años.
También el Párroco de El Espíritu Santo, Pbro. Gregorio Martínez Gómez en la homilía mencionó:
«Despertemos y alentemos nuestra fe, con ese grito que sale de lo más profundo de nuestro ser, de ser los descendientes de mártires, por eso también vamos a decir como los mártires y todos los cristianos… vamos a decirle a Cristo <<Viva Cristo Rey>>, <<Viva Santa María de Guadalupe, Vivan los mártires San Tranquilino Ubiarco y el Beato Anacleto González Flores, Viva El Señor de la Misericordia>>».
Con cada exclamación, los fieles respondieron con aquella frase tan característica de los Revolucionarios Cristeros (de los que muchos son descendientes) «Viva».
Mencionar que el templo se encontraba lleno en su totalidad de fieles, en su gran mayoría vestidos de blanco, como símbolo de paz, a pesar de ser uno de los más amplios de Tepatitlán; incluso se podía observar personas que al no encontrar lugar estuvieron en la puerta principal del templo, mismos que se tuvieron que resguardar debido a la tormenta que se desató minutos después de haber comenzado la celebración.
Por su parte, en la parte final de la misa, el Párroco de la Sagrada Familia, Miguel Ángel Dávalos Díaz, convocó a realizar oración de la siguiente manera
«La oración tiene su fuerza y puede transformar nuestras realidades, vamos a orar, por todas esas familias que han perdido un ser querido, en esta expresión de violencia y de inseguridad, pedimos por las instituciones, por los sacerdotes que también han perdido la vida por estas mismas cuestiones de violencia y de inseguridad, la oración nos une y nos hace hermanos y como familia podemos ser grandes productores de paz».