El Papa León XIV ha iniciado su primer Viaje Apostólico al extranjero, un periplo de seis días bajo el lema ecuménico «Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo». El Pontífice despegó del aeropuerto de Fiumicino, Roma, a las 7:58 (hora local), a bordo de un vuelo de ITA Airways con destino a Turquía, esta primera escala marca la conmemoración del 1700 aniversario del Primer Concilio de Nicea, antes de continuar al Líbano (del 30 de noviembre al 2 de diciembre).
El vuelo, que recorrió 1930 km, atravesó el espacio aéreo de Italia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Serbia y Bulgaria antes de entrar en territorio turco, proporcionando al Papa la oportunidad de enviar mensajes de unidad y bendición a los presidentes de estas naciones.

Tras aterrizar en Ankara, el primer acto del Papa León XIV fue la visita al Mausoleo de Atatürk, Anıtkabir. Acompañado por una delegación oficial, el Obispo de Roma rindió honores al fundador de la República Turca, un monumento que simboliza el nacimiento, la modernización y el secularismo de la nación.
En el Libro de Honor del Memorial, el Pontífice escribió: “Doy gracias a Dios por poder visitar Türkiye, e invoco sobre este país y su gente una abundancia de paz y prosperidad”. La arquitectura del Anıtkabir, con su Camino de los Leones y la Sala de Honor, sirvió como telón de fondo para este gesto de respeto institucional.

El acto central de la mañana fue el encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo Diplomático en la Biblioteca Nacional de Ankara. Ante ellos, el Papa León XIV, el quinto Pontífice en visitar Turquía, expresó su satisfacción por comenzar sus viajes en un país que calificó como un «puente» esencial entre Oriente y Occidente.
El Pontífice profundizó en la metáfora del puente sobre el estrecho de los Dardanelos, elegido como emblema de su visita, señalando que su significado más profundo es unir a Türkiye «consigo misma», componiendo sus diversas partes y convirtiéndola en una «encrucijada de sensibilidades».

Los pilares del discurso papal se centraron en la ética y los lazos humanos:
Dignidad y Fe: El Papa insistió en que el gran desafío de hoy reside en tener un corazón dócil a la voluntad de Dios, lo que siempre promoverá el bien común y el respeto por todos. En una sociedad plural como la turca, donde la religión es visible, es imperativo honrar la dignidad y la libertad de todos los «hijos de Dios».
Advertencia Tecnológica: En un mensaje de vanguardia, advirtió que la evolución tecnológica, incluida la inteligencia artificial, debe orientarse éticamente. De lo contrario, se corre el riesgo de «acentuar las injusticias», dado que las IA tienden a reproducir las preferencias humanas que las han programado.
Lazos Sociales contra el Consumismo: El Santo Padre hizo un llamado a responder a la «decepción de las economías consumistas, en las que la soledad se convierte en negocio«, con una cultura que valore los afectos y los vínculos. Subrayó que la familia y la participación activa de las mujeres son pilares para el desarrollo integral. Advirtió que quien desprecia los vínculos fundamentales se vuelve más fácilmente intolerante.
Priorizar la Paz: Concluyó denunciando los conflictos globales—que el Papa Francisco llamó la “tercera guerra mundial a pedazos”—por distraer a la humanidad de sus retos fundamentales: paz, erradicación de la pobreza, salud, educación y cuidado del medio ambiente. Ofreció la colaboración de la Santa Sede, con su fuerza espiritual y moral, para promover la paz y la justicia.
El Papa se encuentra en Turquía para cumplir el deseo de Francisco de regresar en mayo de 2025 y celebrar el 1700 aniversario del Concilio de Nicea (325 d.C.), un evento fundamental en la historia del cristianismo.

El momento más significativo de este viaje será en Iznik (la antigua Nicea), en las excavaciones arqueológicas de la Basílica de San Neófito. Allí, el Papa León XIV se reunirá con el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé, y una veintena de patriarcas y representantes de diversas iglesias cristianas. Este gesto de unidad se sellará con una oración conjunta ante los iconos de Cristo y del Concilio, y el encendido de una vela, reforzando el mensaje ecuménico central de su peregrinación.
Durante el vuelo, el Pontífice envió telegramas protocolarios a los jefes de Estado de los países sobrevolados, asegurando sus oraciones y sus mejores deseos:

Italia (Sergio Mattarella): Fervientes deseos de progreso espiritual, civil y social, alentando caminos de paz y fraternidad.
Croacia (Zoran Milanović): Bendición y ruego para que Dios conceda al país «dones de paz y alegría».
Bosnia y Herzegovina (Željko Komšić): Invocación de bendiciones de unidad, fraternidad y armonía.
Montenegro (Jakov Milatović): Oraciones «por la paz y el bienestar de la nación».
Serbia (Aleksandar Vučić): Deseo de paz y unidad.
Bulgaria (Rumen Radev): Oraciones para que Dios bendiga a la nación «con los dones de la unidad, la alegría y la paz».