La percepción de inseguridad en las áreas urbanas de la nación ha alcanzado un nivel significativo, con un 63.0% de la población de 18 años y más considerando que vivir en su ciudad es inseguro, registrado en el tercer trimestre de 2025, muestra un incremento respecto al 58.6% reportado un año antes, en septiembre de 2024, lo que evidencia una tendencia al alza en la preocupación ciudadana por su seguridad.
El temor se acentúa notablemente entre la población femenina: el 68.2% de las mujeres manifestó sentirse insegura, una diferencia marcada frente al 56.7% de los hombres con la misma percepción.

La preocupación no es uniforme en todo el país, algunas áreas urbanas reportan niveles de alarma que superan el 80% de su población, destacándose por tener la mayor proporción de habitantes que considera peligroso su entorno. Las 10 ciudades con el mayor porcentaje de percepción de inseguridad en el más reciente reporte son:

Se observa una alta concentración de ciudades del Estado de México, así como focos de preocupación en los estados de Sinaloa, Guanajuato y Guerrero. En contraste, las ciudades con la menor percepción de inseguridad se sitúan en el extremo opuesto, con porcentajes por debajo del 25%.
La sensación de riesgo se cristaliza en entornos específicos de la vida diaria, los cajeros automáticos localizados en la vía pública se consolidan como el lugar donde la población se siente más vulnerable, con un 71.7% reportando sentirse inseguro en ellos, le siguen de cerca el transporte público (64.9%) y las calles (64.4%), lo que refleja la dificultad de realizar actividades cotidianas sin temor.

Además, la atestiguación de conductas antisociales sigue siendo un problema visible en los entornos de las viviendas, las conductas más recurrentes que la población afirma haber presenciado o escuchado en el último trimestre incluyen:

Las expectativas de la ciudadanía respecto a la evolución de la seguridad en sus ciudades son predominantemente desfavorables, más de la mitad de la población adulta mantiene una visión negativa sobre el futuro de la seguridad pública:
Sumando ambas posturas, el 57.9% de la población tiene una expectativa desfavorable sobre las condiciones de seguridad para el siguiente año. Esta cifra subraya la urgencia de adoptar políticas públicas que logren revertir la tendencia y restaurar la confianza ciudadana en el corto y mediano plazo.